viernes, 1 de febrero de 2013

5, 6 y 7 de febrero: Huelga General de estudiantes

En el escaso año que lleva en el gobierno el Partido Popular las condiciones de vida de jóvenes y trabajadores se han visto fuertemente deterioradas por sus constantes ataques y recortes. Una de las conquistas sociales con la que el PP quiere acabar lo más pronto posible es la educación pública. Siguiendo el ejemplo de Esperanza Aguirre en Madrid, que de un curso a otro despidió a miles de profesores, desde el Ministerio de Educación han cogido con las dos manos este ejemplo y lo han exportado al conjunto del estado, encontrándonos este año con 50.000 docentes menos dentro de la escuela pública en sus diferentes etapas educativas. Un modelo de escuela franquista
Pero el PP no sólo quiere acabar con la calidad educativa masificando nuestras aulas, acabando con los desdobles, laboratorios y aulas de refuerzo, sino que también pretende llevar adelante una contrarreforma educativa que nos devuelva al modelo de la escuela franquista que tuvieron que soportar nuestros padres: recuperando las reválidas (auténticos exámenes de selectividad) en 4º de la ESO, 2º de Bachillerato y antes de entrar en la universidad; imponiendo itinerarios segregadores y clasistas que nos separen en dos grupos: “los que valen” y “los que tienen que ir a la FP”, además de crear un tercer itinerario desde los 15 años que, tras dos años de estudio, nos entregará un título equivalente al que tendríamos si hubiéramos dejado la escuela en 3º de la ESO; convirtiéndonos en mano de obra sin apenas cualificación para ser explotados a placer en cualquier puesto de trabajo. La última de las medidas a destacar, entre otros muchos aspectos profundamente negativos de la nueva contrarreforma que la derecha pretende aprobar en febrero, es la imposición de una nueva figura de director que, en la práctica, se convertirá en un títere del Gobierno dentro de los centros de estudio para que su política se aplique con determinación y se pueda sancionar a quienes nos opongamos a ella.
Fortalecimiento de la asignatura de religión
Por si estas medidas no dejaran claro que no es ninguna exageración hablar de una vuelta a la escuela de los años 60, José Ignacio Wert, ministro de Educación, anunció que iban a incluirse algunas modificaciones sobre el último borrador de anteproyecto, entre las que se encontraban: volver a convertir en evaluable la asignatura de religión católica para que así la nota obtenida pueda contar en el expediente académico —creando una asignatura alternativa también evaluable y presumiblemente con contenidos que requieran una mayor dedicación y esfuerzo de los estudiantes que quieran obtener notas similares a las repartidas en las clases de religión, incentivando por tanto la “elección” de religión sobre su alternativa—, mejorar las condiciones para la concertación de escuelas privadas, es decir nuevas facilidades y desvío de fondos públicos para aquellos que entienden la educación como un negocio y no como un derecho fundamental. Y, por último, la intención de acabar con el derecho a que los estudiantes catalanes, gallegos y vascos puedan estudiar y aprender con garantías dentro de la escuela pública sus respectivas lenguas maternas. A esta escandalosa batería de nuevos ataques habría que sumar la voluntad de Wert de acabar con el derecho a huelga de los estudiantes de Bachilerato, FP de Grado Medio y secundaria.
La derecha quiere eliminar derechos fundamentales
Esta enorme regresión en el sistema educativo, y especialmente los últimos anuncios a incluir en la contrarreforma educativa, no han sido discutidos ni con padres ni con profesores y mucho menos con los estudiantes. El PP sólo ha tenido tiempo y oídos para la patronal educativa y para la Conferencia Episcopal, de ahí que todas y cada una de las medidas que incluye esta nueva ley sólo beneficien a estos dos sectores, y pasen por encima del conjunto de la comunidad educativa.
En cuanto a la eliminación del derecho a huelga para los estudiantes de secundaria, porque según el PP somos menores e inmaduros, aunque no parece preocuparle tanto que con 16 años cualquier joven pueda ser explotado en la hostelería por 4, 5 o 6 euros la hora hasta altas horas de la madrugada, o que con su nueva contrarreforma tan pronto como a los 14 años de edad sea necesario elegir un itinerario académico que, o bien nos abrirá las puertas a luchar por acceder al Bachillerato, la Universidad o la FP de Grado Superior, o nos desviará a una FP de Grado Medio masificada, sin medios y que nos empuja a un mercado laboral lleno de paro juvenil. Para todo esto somos mayores y estamos preparados; sin embargo, para el PP, con 17 años un joven no tiene criterio para decidir si quiere acudir a una manifestación de la Marea Verde contra el despido de 50.000 docentes y el recorte de 4.000 millones de euros a la escuela pública. La intención del PP no es otra que recortar nuestros derechos democráticos, algo que entra en completa sintonía con esos mismos dirigentes del PP que cada vez que tienen ocasión dicen que habría que limitar el número de manifestaciones o “regular” el derecho a huelga del conjunto de los trabajadores.
¡Sí podemos!
Los jóvenes y trabajadores sufrimos las medidas de este gobierno que sólo sirven para que una minoría nade en la abundancia. Para ellos no hay recortes, no hay desahucios, no hay despidos. Por eso cada día más personas se suman a la lucha, a la protesta contra unas medidas claramente injustas. Wert cada vez que habla deja ver su actitud autoritaria y antidemocrática desoyendo el rechazo a su política educativa por la inmensa mayoría.
Desde el Sindicato de Estudiantes no aceptamos que se destruya la enseñanza pública. Por eso hemos vuelto a convocar una nueva semana de lucha en febrero, con una nueva huelga general de 72 horas los días 5, 6 y 7 de febrero que paralice todos los institutos públicos. También hemos reiterado nuestro llamamiento a los sindicatos de profesores y a la principal organización de padres y madres, CEAPA, a convocar conjuntamente una huelga general de toda la comunidad educativa, que sería la mejor manera de hacer frente a la mayor agresión al sistema educativo público en 35 años.
Propuestas para la Semana de Lucha:
· Lunes 4 de febrero: Asambleas de estudiantes, padres y profesores en los institutos, y encierros para debatir y aprobar la plataforma reivindicativa, formar comités de lucha y organizar las jornadas de huelga .
· Martes 5 de febrero: Huelga general de estudiantes y organización de piquetes informativos en mercados, centros de salud, plazas, transportes, etc. para dar a conocer las reivindicaciones del movimiento estudiantil. También proponemos la celebración de actos conjuntos informativos con nuestros profesores y padres. La elaboración de pancartas y cartelones para decorar institutos y facultades.
· Miércoles 6 de febrero: Huelga general y manifestaciones estudiantiles durante la mañana en todas las ciudades y localidades, llamando a los compañeros de universidad a sumarse activamente a ellas.
· Jueves 7 de febrero: Huelga general de estudiantes y realización de manifestaciones de estudiantes, padres, madres y profesores por la tarde, propuestas a los sindicatos de profesores y a la CEAPA.
· Viernes 8 de febrero: Asambleas de balance en los centros de estudio con profesores, estudiantes y padres para decidir las siguientes acciones. 

¡Retirada inmediata de la contrarreforma franquista del PP!

¡Wert dimisión!

¡Libertad de expresión para la juventud: nuestro derecho de huelga no se toca!

Cartel_Madrid